Nuestra residencia con mi compañera Analía comenzaron un tanto complicadas, en primer lugar no nos esperaban en la escuela, no tenían en claro cuanto tiempo nos quedábamos en la institución y mucho menos con que docente debíamos estar.
La primer semana estuvo la semana de la Identidad con talleres para todos los grupos de la escuela juntos y la segunda semana prácticamente no tuvimos clases. A partir de la tercer semana comenzábamos nuestras clases, casi sin conocer a los alumnos que tendríamos en los cuatro grupos que debíamos trabajar.
De todos modos y con mucha positividad de nuestra parte, nos dispusimos a dar lo mejor, gracias a ello logramos, a pesar del poco tiempo, formar un hermoso vinculo con los grupos que tuvimos más oportunidad de ver durante las clases.
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